A pesar de la poca ayuda económica, el deporte en la provincia de Puerto
Plata ha venido transitando un camino de éxito, de las manos de los afanosos dirigentes
quienes hacen de tripa corazón para el desarrollo del deporte y sus atletas.
El Cronista Deportivo de alguna manera es parte de ese éxito, a pesar de que
la sociedad deportiva demanda por un aporte mayor, ahora bien, está el Cronista
Deportivo preparado para este requerimiento? Aquí les enumero las claves para
que el comunicador pueda convertirse en un profesional capaz de dar lo mejor.
1.
Educación.
El Cronista tiene que capacitarse. Este importante ente de la sociedad no solo debe
comunicar resultados y hazañas, sino que tiene que poseer la preparación ideal
para crear, para proponer y colaborar con ideas innovadoras a la causa de la
sociedad y del deporte.
2.
Tecnología.
El Cronista debe manejar herramientas que le permitan estar al día ante la tecnología,
la misma que es imprescindible para conocer, comunicarse e interconectarse en
esta aldea global.
3.
Modelo.
El Cronista debe ser un modelo; Esto implica mostrar un buen
comportamiento, vestir adecuadamente y exhibir valores que demanda la sociedad.
El Cronista es un artista.
Si bien es cierto que esos factores son sumamente necesario para que el
comunicador este apto para ejercer su rol en la actualidad, no menos
cierto es que hay un elemento que se antepone, es decir, que es mucho más
necesario que estos y es BUENAS RELACIONES HUMANAS, sin embargo para que estas
sean llevadas a la practica el Cronista ante todo está obligado a perdonar, a que
nos referimos?
La Crónica Deportiva ha vivido mucha crisis, crisis que han
traspasado la frontera de lo profesional y peor aún, conflictos que han
trascendido en el tiempo generando rencor. Si el Cronista no entiende el llamado, sino asume
abrazar como un deber cristiano el perdón para embarcarse en un nuevo camino, entonces los esfuerzos por conseguir las tres claves dadas aquí serian inútiles.
El perdon debe y tiene que llegar toda vez que este serviría para dos cosas: 1. Para que el cronista sea
reconocido en su justa dimensión y haga los aportes para el desarrollo social y
2. Para que cuando lleguen los eventos de mayor incidencia, la crónica este
fortalecida de manera tal que sea un verdadero mounstro de pies de acero y no
de barro como ha sido por décadas.
Por Amaury German
Twitter:
@amaurygman