viernes, 22 de agosto de 2014

SIENTO ENVIDIA POR BRASIL




Por: Amaury German 
Cuando se habla de Brasil se puede afirmar que es la mayor potencia economica de America Latina, la segunda potencia economica del continente, e indiscutiblemente la sexta economia de todo el mundo. Que ha sacado a millones de personas de la pobreza. Sin embargo, a nada de eso es a lo que se refiere el título de este artículo,  sino a las candidatas presidenciales del hermano país.

Si, las elecciones de octubre están protagonizadas por el concurso de dos potenciales candidatas cuyas características me ha llevado a admitir públicamente la envidia que siento por Brasil.  

Dilma Rousseff, y la aspirante socialista, Marina Silva, encarnan perfiles dignos de admirar por todos los que vivimos en esta isla, ya que ambas son reconocidas como inteligentes, coherentes, de carácter fuerte, luchadoras, quienes prefieren no pasar de simpáticas a congraciarse con lo que no comulgan,  y sobre todo que son personas que gozan de una excelente reputación por no ser corruptas. Como dominicano, eso último me mata de envidia.

Siendo el sector político dominicano una banda de corruptos que han desfalcado el país, que no daríamos por tener potenciales candidatos de la estirpe brasileña? Personas que no solo se mantienen inmaculadas por cuanto no se han manchado con el seductor brazo de la corrupción, sino que tampoco la toleran y las muestras sobran.

De una vez y por todas debemos dejar claramente establecido que no es cierto que todos los políticos son iguales. Es lo último que nos ha forzado creer este podrido sistema, que en todos lados los políticos son tal como aquí y eso no es cierto. Es de ahí que sentimos envidia por Brasil de la misma forma que podemos decirlo de Ecuador, de Chile y otros tantos.

Una necesaria y oportuna aclaración; es obvio que el problema no es de género, es de genes y nosotros  contamos con muy pocas esperanzas, sin importar que sean hombres o mujeres.
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